Madrid, 16 de marzo

Madrid. Lunes 16 de marzo. Abro el periódico –es un decir, más bien, tecleo El Mundo en mi navegador y surge la portada. Arriba, en una estrecha franja, figura:

“Estado de alerta; multas; supervivientes; ERTE; medidas estado alarma; Rey Juan Carlos; Mercadona; Mapa contagio; Coronavirus síntomas; Coronavirus mapa; Ibex; Amaia; Lavarse las manos”.

Dedico un instante a pensar qué buen resumen, qué buen SEO, qué buenas taxonomías y me vienen a la memoria todos aquellos post-it de colores sobre una pared de cristal en aquel máster de Marketing digital de Kschool en que describimos y organizamos las secciones y contenidos principales de un periódico de tirada nacional. El profesor nos había preguntado: ¿Qué estructura tiene el contenido? ¿cómo buscamos? ¿cómo organizamos la información?

 

Portada de El Mundo

 

Imagino a los responsables de posicionamiento en buscadores, los estudiosos de la intención de búsqueda preguntándose qué teclea el usuario medio para encontrar información sobre el coronavirus, los analistas web mirando sus datos en sus consolas, los expertos en contenido, usabilidad y User Experience (UX) de El Mundo pensando a toda prisa cómo aprovechar el interés de los lectores, todo ese tráfico de gente encerrada en casa, angustiada, desconcertada, aburrida a ratos. El espacio que imagino en las instalaciones de la Avenida de San Luis es una especie de pecera con el aire cargado y varios ordenadores… Un trasunto de nuestras casas en confinamiento o cuarentena, asomados al ordenador o al móvil en busca de una promesa de aire más limpio.

Pese a la intoxicación mental de estos días zambullida en Twitter y Whatsapp, milagrosamente, mi cerebro rescata un mensaje interesante compartido en Telegram por José Manuel Rodríguez en su grupo “El futuro del periodismo”. Rodríguez explica que con el coronavirus se ha disparado el tráfico de los medios en Estados Unidos pero el contenido más demandado genera poco dinero ya que los anunciantes lo han incluido en sus listas negras de publicidad programática (la empresa que encarga la publicidad selecciona determinadas palabras clave que quedan excluidas del anuncio).

En todo este asunto del rediseño de portada no hay nada nuevo bajo el sol. En el fondo es lo que siempre ha buscado el periodismo: entender qué quiere su lector y dárselo explicado en un lenguaje que pueda entender. Lo que pretende lograr El Mundo con esta estructura es que los usuarios sigan entrando y que pasen de acceder desde el buscador a acudir directamente a la portada, con la seguridad de que encontrarán rápido lo que buscan.

El cambio de diseño de El Mundo me lleva a considerar los cambios que ha experimentado El País en los últimos días: el uso de un color rojo asociado al corona, la eliminación temporal del contenido de pago, el uso de una aproximación más emocional al lector como traslucía el comunicado de Soledad Gallego de ayer domingo. Y pienso que en los próximos días de este confinamiento que parece que va para largo será interesante seguir la evolución de los medios.

 

Portada especial coronavirus El País

 

Vuelvo a leer esa sucesión de términos y categorías: “Estado de alerta; multas; supervivientes; ERTE; medidas estado alarma; Rey Juan Carlos; Mercadona; Mapa contagio; Coronavirus síntomas; Coronavirus mapa; Ibex; Amaia; Lavarse las manos” y me digo que encierra una historia. Una, con un punto cómico, a medio camino entre los Ejercicios de Estilo de Queneau y los cadáveres exquisitos de los surrealistas, en la que parece haber dos elementos fuera de lugar: el rey emérito y Amaia. Una historia como esta:

El Rey Juan Carlos se lava las manos, se cree un superviviente a salvo de las multas y del estado de alerta, inmune a los avances que refleja el mapa de contagios. Sin embargo, lo que se cierne sobre él no es un(a) corona sino un ERTE y entonces llega el dolor de cabeza y la tos y el resto de síntomas del coronavirus. Las medidas del estado de alarma es lo que tienen, que ni el Mercadona te las arregla, por más que mandes a Amaia Ibex con el mapa de coronavirus en la mano a comprar… ¿papel higiénico?

En fin, en estos días que vamos a pasar en casa, cuidemos bien nuestra capacidad de análisis y nuestro sentido del humor y limitemos el tiempo frente a las pantallas.

Además de lavarnos bien las manos, claro.


También te puede interesar:

2 comentarios en “Madrid, 16 de marzo

  1. Muy chulo el artículo, ¡qué buenos días aquellos del Máster de Kschool compañera! Espero que todo esto pase pronto y mucho ánimo a la gente de Madrid donde más duro está golpeando!

    1. Me alegro de que te guste. Y sí, aprendimos mucho en aquel Máster. ¡Gracias por los ánimos!

Los comentarios están cerrados.