En el post Efecto 3D analógico comencé a explorar las vías “subterráneas” que comunican el diseño con la vida cotidiana o los programas de ilustración con el “gran mundo off line”, esos pequeños atajos que nos permiten transitar entre la realidad y nuestra percepción.
Pues bien, el otro día encontré un pasadizo entre ambos mundos que me gustaría recorrer contigo ahora. Observa esta foto.
La imagen muestra tres círculos blanquecinos, con distinta intensidad y brillo. Si quien ve la imagen está familiarizado con Illustrator o cualquier programa de dibujo vectorial, lo más probable es que haya pensado inmediatamente en elipses con degradados de distinta opacidad en una gama blanca-beige. En la mente del diseñador se habrá activado una “plantilla” parecida a esto:
Incluso puede que algunos con un interés especial por las texturas (personas con un perfil táctil según la Programación Neurolingüística) hayan imaginado algo así:
Los lectores no diseñadores habrán interpretado la imagen en términos de luces, contrastes y texturas. Probablemente hayan pensado en luz cenital, iglesias, vidrieras o claraboyas. Quizá, incluso, en lupas o espejos.
En esta disposición de la imagen con tres círculos a lo ancho bajo una línea, diseñadores y no diseñadores tendemos a interpretar la línea horizontal como un pequeño zócalo o como el borde de un plano o superficie y tenemos la sensación de que los círculos “descansan” sobre una superficie horizontal rugosa.
La foto siguiente desmiente esta interpretación.
Esta nueva disposición de los elementos nos “descoloca” ya que ahora además de la fina línea horizontal encontramos una ancha franja diagonal que hace pensar inequívocamente en una luz intensa y por tanto en un contraluz que resulta incongruente con lo que habíamos interpretado antes.
La foto siguiente pone las cosas en su sitio.
Efectivamente, la representación completa en la disposición original describe bien las relaciones entre los elementos, así como la causa y el efecto. La luz que viene de la derecha atraviesa el cristal de triple capa generando tres reflejos circulares de distinta intensidad y tono sobre la pared de gotelé (superficie que antes creíamos horizontal). La capa intermedia del cristal tiene una malla metálica con una cuadrícula que genera lo que se percibe como una textura de líneas horizontales que he reproducido en la versión vectorial, aunque en realidad se trata de una cuadrícula.
Extrapolando esto a otras situaciones cabe decir que a la hora de interpretar situaciones o circunstancias es importante asegurarse de que tenemos acceso al contexto original completo y permanecer alerta para evitar que nuestras “plantillas” perceptivas personales nos den gato por liebre…