Parece que nos hemos acostumbrado a ver (y tolerar) erratas y errores ortográficos en los contenidos de internet, justificándolos por la rapidez con la que se suelen redactar y publicar. Pero las cosas a veces llegan demasiado lejos:
He aquí, por ejemplo, una captura del correo para el restablecimiento de contraseña de Pinterest.
Además del horrible «eligir» también hay una falta de concordancia entre «listo» y el género del destinatario (en este caso yo) que se podría haber salvado con un «Listo/a» (que es una opción fea, pero más correcta), o incluso con un «List@» (que tampoco me gusta demasiado pero que recoge ambos géneros).
En algunos casos, se producen despistes a la hora de traducir la interfaz, como en esta captura de la aplicación web de Twitter:
En la newsletter para empresas de Twitter se dejan sin acento un título, lugar especialmente visible y crítico en cuanto a ortografía.
«SEGMENTACIÓN» debería llevar tilde porque la norma ortográfica señaló la obligatoriedad de acentuar las mayúsculas ya en la década de 1970, aunque muchos fabricantes de rótulos y muchos internautas parecen no haberse enterado.
Las comunicaciones electrónicas de la Casa del Libro, una de las mayores cadenas de librerías de España, tampoco escapan a la falta de revisión y a las erratas:
En este caso, no es solo que “parte” deba ir en singular, sino que también es incorrecto poner punto después de una admiración (tanto la admiración de cierre como la interrogación hacen las veces de punto).
Tras estos ejemplos resulta evidente la importancia de contar con un responsable de contenidos digitales con formación de corrector y/o editor, como yo misma 😉