Es bien sabido que en todo español anida un entrenador de fútbol experto, pero lo que acabamos de descubrir es que en su corazón también habita un experto lingüista.
Lo primero lo demuestran las acaloradas discusiones en los bares durante o después de un partido, exponiendo lo que cada aficionado habría hecho si él fuera el entrenador. Lo segundo, el enorme interés y profundo conocimiento de la(s) lengua(s) que alberga cada español en su corazoncito, lo hemos comprobado esta semana con el “Caso Caloret” de Rita Barberá, aunque ya lo pudimos intuir con el “relaxing café con leche” de Ana Botella.
Es lógico que los valencianos que saben valenciano (hay generaciones enteras que no lo hablan) se indignaran al oir del discurso y es lógico que las redes sociales del área de la comunidad levantina “ardieran” ante la falta de respeto que supusieron esas palabras. Lo que quizá no sea tan lógico es comprobar que una gran parte de la gente que ridiculizó el contenido de la “cridà” de la alcaldesa de Valencia a lo largo y ancho de España no tenía ni idea de cuáles eran los errores de este discurso y que su crítica era más emocional que fundamentada, si bien es cierto que no hacía falta ser un experto en valenciano para darse cuenta de que Barberá mezclaba lenguas y se había excedido con el alcohol, por no mencionar los intentos de las Falleras mayores de disimular la risa…
Para aquellos que tengan curiosidad, reproduzco a continuación el discurso de Rita Barberá, extraído de La Marea, subrayando las partes que contienen errores. (La alcaldesa llamó “sermó” a lo que debería llamar “cridà”, además).
“Falleres i fallers… vos anime a que dexei, dejei pasar el fred del verano, el fred de l’hivern i bosquem el caloré, el caloré faller, el caloret sin duda, el caloret de foc i la flama, el caloret faller. Tenim que buscar la llegá, la arribada de la festa fallera. Tots junts: ja estem en Falles, otra vez, ja estem en Falles. I con el inici de les Falles para que tot lo món vinga a València a disfrutar de les millors festes del món, les Falles”.
Según la publicación digital mencionada, el equivalente en valenciano correcto sería:
“Falleres i fallers, vos anime a que deixeu passar el fred de l’hivern i busqueu la calor, la calor fallera, sens dubte, la calor del foc i la flama. Hem estat esperant l’arribada de la festa fallera. Tots a una veu: ja estem en Falles, una altra vegada, ja estem en Falles. I amb l’inici de les Falles per a què tot el món vinga a València a disfrutar de les millors festes del món, les Falles”.
En resumen, en valenciano “calor” es femenino (como en castellano vulgar) y por tanto hay que decir “la calor” o “la caloreta”, no “el caloret”; “dejemos” se dice “deixeu” y no “dexei” ni “dejei” (siguiendo la misma lógica “busquemos” es “busqueu” y no “bosquem”), mientras que “llegada” se dice “arribada” (término parecido a “l’ arrivée” en francés) y no “llegá” (que parece un casticismo propio de Lavapiés más que un término en valenciano). Además, “todos juntos” es “tots a una veu” (todos a una vez, literalmente), “otra vez” debe traducirse por “una altra vegada” y el equivalente correcto de “para que todo el mundo” es “per a què tot el món“.
Lo curioso del asunto es que el ánimo de Barberá al hacer su discurso en valenciano tras veinte años en el consistorio era mostrarse más cercana y cultivar su lado humano. Parece que se nos ha acercado tanto que se ha estampado contra nuestra cara… y contra el diccionario y el libro de gramática universales que todo español lleva siempre consigo y ha llenado nuestras narices del olor a las copas que se había tomado antes…
Pero en fin, creo que este año todo el mundo se ha enterado de que ya han empezado las Fallas y de que Rita Barberá no es muy partidaria de la formación continuada.
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