La dificultad básica del aprendizaje de Photoshop radica en que requiere conocimientos y habilidades complejos y en gran medida secuenciales. Exige constancia, comprensión de conceptos teóricos y al mismo tiempo requiere un dominio práctico de numerosas herramientas.
Entre los conceptos teóricos que hay que aprender están nada menos: composición, encuadre, teoría del color, luces, uso de filtros, comportamiento de capas y máscaras, modos de fusión, perspectiva, distintos tipos de desenfoque, ajustes de tono/iluminación, brillo-contraste, estilos, objetos inteligentes, grupos, filtros inteligentes, HDR, RAW, por no mencionar la resolución, tamaño y peso del documento.
Entre las herramientas que debe ser capaz de manejar el usuario de Photoshop cabe destacar las siguientes: seleccionar, mover, transformar, deformar, hacer trazados, pinceles, máscaras, orden correcto de las capas y máscaras, uso de la pluma para seleccionar y hacer dibujo vectorial.
Photoshop apela a funciones de motricidad fina, memoria, compresión conceptual y al mismo tiempo a funciones de percepción global y conocimientos estéticos. Requiere ir de lo pequeño a lo grande y de lo grande a lo pequeño y ser al mismo tiempo sistemático y creativo. Precisa planear los pasos y realizarlos, corrigiendo sobre la marcha y aplicando y extrapolando lo aprendido previamente, además de recurrir a la memoria y a la cultura visuales.
Dada la amplitud y complejidad de las habilidades requeridas por este software, el principal escollo con el que se puede encontrar el alumno principiante es sentirse abrumado, por lo que es importante que las dosis de frustración que le vayan saliendo al paso sean asimilables. En otras palabras, el profesor o su propio proceso de autoaprendizaje deben dosificar y programar las dificultades de manera cuidadosa y hay que proceder de lo básico a lo más complejo, tanto a nivel conceptual como técnico, repasar a menudo lo visto y asegurarse de que no hay dudas importantes.
Uno de los problemas con los que se puede enfrentar un profesor a la hora de enseñar Photoshop incluso en una clase de nivel homogéneo, es que un mismo concepto y una misma técnica pueden ser más difíciles para un alumno que para otro, en función de su edad, su experiencia y su modo de percepción o su tipología como alumno. Por ejemplo, los alumnos que necesitan comprender el por qué, necesitarán aprender primero qué se pretende con un ejercicio determinado y en qué pasos se ha dividido el proceso y cuál es el objetivo de cada paso. Una vez lo entiendan podrán fijarse en el detalle técnico de cada paso y aplicarlo.
Por el contrario, los alumnos más dados a lo experimental y al ensayo-error podrán estar más cómodos simplemente si se les muestran los pasos y los van imitando al mismo tiempo que los muestra el profesor (o el tutorial) y no necesitarán saber qué se pretende ni por qué.
Tanto los alumnos experimentales como los conceptuales son capaces, en cierto momento de su aprendizaje, de tratar de llegar a un resultado final que se les muestre a partir de pasos diseñados y realizados por ellos mismos, es decir, de manera autónoma.
El proceso mental de un tipo y otro de alumno diferirá ligeramente: el experimentador probablemente no será capaz de explicar con precisión sus pasos y acciones (ni tampoco de verbalizar con precisión sus dificultades, aunque sí podrá mostrarlas), mientras que el alumno conceptual podrá explicar con precisión lo que quiere hacer y cómo lo está haciendo y también podrá verbalizar los problemas que se ha encontrado, pero seguramente dé algunas vueltas innecesarias en el proceso (vueltas que le ahorrarán tiempo en siguientes proyectos si ha estado lo bastante relajado y atento para aprender de ellos; los conceptuales tienen mucha capacidad para extrapolar conocimiento) y probablemente haga preguntas que parezcan rebuscadas o absurdas porque su cabeza necesita comprender la lógica total del sistema incluso para adentrarse únicamente en una pequeña parcela del programa (el conceptual necesita conocer las texturas de las cosas, mientras que al experimental le basta con saber los pasos o con que le dejen recorrerlos por su cuenta).
La buena noticia es que por su naturaleza visual e inmediata, Photoshop se ve beneficiado de un enfoque experimental: la afirmación de que sólo probando se aprende es más cierta si cabe en esta área y hay muchísimos casos de usuarios expertos de este programa que son autodidactas. Sin embargo, para formar a buenos diseñadores gráficos, además del manejo mecánico de las herramientas y funciones, también es necesario garantizar la comprensión conceptual de algunas nociones compositivas o plásticas, para evitar eso que todos hemos visto: retoques gráficos impecables a nivel técnico y espantosos o absolutamente innecesarios o contraproducentes.
En otras palabras, es muy importante aprender cómo hacer en Photoshop, pero también lo es aprender cuándo conviene hacerlo y por qué.
Un pensamiento en “Cómo aprender-enseñar Photoshop y no morir en el intento”
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