Política de galletas

Navegando por Internet desde mi móvil hace unos días me encontré con una advertencia que me sorprendió. Era una nota sobre algo llamado «política de galletas» que ocupaba el tercio inferior de la pantalla de mi móvil y que contenía un enlace. Por más que tratara de zafarme de la nota haciendo zoom o desplazándome por la pantalla, las famosas galletas me perseguían.

Mientras jugaba al gato y al ratón con aquella nota me dio por imaginar que aquel enlace podría llevar a una ventana con frases del tipo: «Nuestra política de galletas consiste en que tú pones la cara y nosotros te damos la galleta». O bien, «Política de galletas: nos gustan todas, con chocolate o sin, pero mejor con leche para mojar…». O, incluso, «Política de galletas: Nuestras galletas son inclusivas, no contienen gluten y son aptas para celíacos y para diabéticos…».

 

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Captura de la advertencia al consultar la web en un equipo de sobremesa

Evidentemente, a lo que se refería la nota era a las famosas cookies (archivos de texto que se descargan en el equipo del usuario y se almacenan en la memoria de su navegador) y es una advertencia habitual desde que se hizo obligatorio hacer pública la política de cookies de los sitios web. Pero lo interesante del caso es plantearse que no siempre es bueno traducir. En el caso de algunos términos el uso de la voz inglesa está tan extendido que la traducción al castellano resulta chocante o tarda en comprenderse.

Estoy deseando que llegue la hora del té para aplicar mi propia política de té con galletas…