Un premio Nobel en mi peluquería

Estoy en la peluquería, con mi Kindle. Antes para cosas así uno debía elegir la lectura antes de salir de casa (¿qué libro o revista me llevo?) pero ahora en unos pocos gramos de ereader caben decenas de libros y documentos, lo que significa que pospones la decisión hasta el momento de llegar a destino. Decido proseguir mi lectura de “Pensar rápido, pensar lento” del psicólogo y premio Nobel Daniel Kahneman. En la parte por la que voy el autor está mostrando hasta qué punto la intuición nos engaña a la hora de calcular probabilidades.

Todo el libro se ocupa de explicar qué son y cómo funcionan lo que Kahneman llama Sistema 1 y Sistema 2, nuestras dos formas esenciales de procesar el mundo.

El Sistema 1 es rápido, de funcionamiento casi automático y eminentemente intuitivo. Contempla los estímulos en plan global, realiza predicciones de expectativas. Y soluciona de forma satisfactoria la mayor parte de situaciones con las que nos encontramos a diario.

El Sistema 2 es analítico, más lento y se ocupa de contrastar los resultados del Sistema 1 y comprobar su validez. Requiere más energía mental por nuestra parte y va asociado a síntomas físicos reconocibles como la dilatación de las pupilas. Se ocupa del cálculo mental, por ejemplo, y de procesar información compleja de forma detenida.

El fragmento que estoy leyendo muestra cómo a menudo confundimos representatividad con probabilidad.

Levanto la vista del Kindle un momento y reparo en que la manicura que hay en un lateral es zurda. La rubia de botas con lentejuelas a la que está atendiendo también es zurda. Un poco más allá hay una mujer de unos cuarenta años vestida discretamente tomando notas con la izquierda también… Qué raro, pienso. Según cuenta Kahneman, uno de los elementos en los que hay que fijarse en estadística es la “base rate” o tasa base, la frecuencia de un determinado grupo o tipo.

 

Imagen que muestra libro de Kahneman y rulos
La investigación le sale al paso a la realidad cotidiana, o viceversa

Si en esta peluquería estamos ahora mismo unas 15 personas aproximadamente, ¿cuál es la probabilidad de que haya 3 zurdas? Juraría que el porcentaje de zurdos en España es de un 10% de la población, me digo. Podría comprobarlo buscando en Google en el Iphone, pero no llevo tan lejos mi investigación, simplemente pienso que me sobran zurdas y vuelvo a observar atentamente. Resulta que una de las zurdas es una “falsa zurda”: en realidad escribe con la derecha, pero como la veo en el espejo… La mujer que hace la manicura es una verdadera zurda y la rubia de las botas ‘cantosas’ también.

En esta pequeña muestra, la tasa de zurdas es un poco más alta que la media española (sale 1,5 zurdas si se aplica el 10% y 1,65 si se usa el 11%, cuando al parecer aquí tenemos al menos 2), pero tener la tasa base como referencia me ha ayudado a detectar un error en los instrumentos de medición (el efecto del espejo). Me está gustando este libro, me digo a mí misma. Me vuelvo a mi Kindle a ver qué sigue contando Kahneman sobre Linda, un caso que trajo de cabeza a muchos especialistas. En ese momento vuelve mi peluquera, me gira la silla y me pide que incline la cabeza hacia abajo para peinarme. Seguramente se llame Linda, esta peluquera empeñada en ponerme también a mí cabeza abajo. Obedezco mientras las ideas y la sangre se agolpan en mi cabeza inclinada.

 

Información complementaria

Datos del libro: «Pensar rápido, pensar lento” de Daniel Kahneman, traducción de Joaquín Chamorro Mielke. Editorial Debate.

Charla de Kahneman en el seno de las TED Talks sobre El enigma de la experiencia frente a la memoria (en inglés, con subtítulos en español).